viernes, 30 de enero de 2009

El problema de las mascotas

Típico. En diciembre, los niños le piden a gordo panzón de rojo, al Niño Dios o a los Reyes que les traigan un perrito, o un gatito, o una tortuguita o un hámster o algo así. Y los muy impíos le cumplen el capricho a los niñitos.

Al principio todo es felicidad. El animalito, cachorrito la mayor parte de las veces, es adorable y juguetón y bonito, aunque haya salido carísimo.

Pero conforme pasan los días aparecen los problemas. La bronca principal es que quien tiene que hacerse cargo del cuidado del animalito es la mamá, porque los niños sólo quieren jugar con su mascota y las labores desagradables se las dejan a alguien más.

Y ya con dos o tres meses encima, los animalitos empiezan a dejar excremento por todos lados, a roer zapatos de todo mundo, a arañar los sillones. Además emipezan a enfermarse por todo lo que les dan de comer los niños y el problema se agrava.

Las mamás enloquecen y se desesperan. Nadie pensó que tener una mascota representara tanto trabajo.

Es el momento de recurrir a un entrenador, que se convierte casi en un sicólogo, para que le enseñe a tu mascota a comportarse como lo necesitas.

Y si no hay salida, entonces hay que recurrir a dar en adopción a tu mascota. Hay opciones como +kota, la tienda, que ofrece el serivicio de adopciones en internet.

También está Urban Fest, que es una red de cinéfilos que en sus tiempos libres ayuda a colocar mascotas en adopción.

Pueden recurrir también al Albergue Franciscano donde reciben animalitos abandonados.

Por último, cuando pienses en tener una mascota, más que comprar un cachorrito considera en adoptar uno. Tienen la ventaja de que ya están adiestrados, esterilizados y son mucho más baratos.

Lo que nunca, nunca, nunca deben hacer es maltratar al animalito o echarlo a la calle, porque además de ser inhumano, causan un grave problema urbano.

No hay comentarios: